lunes, 7 de septiembre de 2015

¡TIENE HUEVOS!

¡TIENE HUEVOS! Es increíble que haya tenido que pasar una tragedia que alguien fotografió y decidió enviarla a los medios de comunicación. Nos han bombardeado estos días con la foto de un niño Sirio llamado Aylan Curdi (sabemos  hasta el nombre del niño, y si me apuras del padre) que murio ahogado en las costas de Siria escapando de la guerra. Los más morbosos han decidido compartir la foto en sus redes sociales para que todos sepamos que POR FIN se han indignado por lo que está ocurriendo en un país lejos del nuestro. Y es que...¡TIENE HUEVOS QUE HAYAN TENIDO QUE ENSEÑARNOS LA FOTO DE UN NIÑO MUERTO PARA QUE NOS INDIGNEMOS Y ABRAMOS LAS FRONTERAS! En Siria hay una guerra civil desde 2011 (recordamos que casi acabamos el 2015) debido a que varios grupos de rebeldes decidieron derrocar el gobierno de Al-Assad y su régimen dictatorial y sanguinario (¿sanguinario? ¿y la guerra?). Parece ser que esta guerra está apoyada por varios países. En primer lugar, Estados Unidos les venden las armas, y en segundo lugar, nadie hace nada, y por acción o por omisión, lo mismo da. Y resulta, que 4 años más tarde, los países empiezan a solidarizarse con los refugiados supervivientes. La foto del niño Sirio ha dado la vuelta al mundo, y ha generado una gran respuesta emocional en todas las personas, que indignadas y sin soportar la culpa deciden hacer pequeñas muestras de solidaridad para esas personas que siguen huyendo, con la idea de que eso hará que lo de Aylan no vuelva a suceder. Esto es lo que se conoce como porno-drama, que define las tragedias desde el sufrimiento que conllevan, y circunscrito a una situación concreta (Diez, E 2015) Esto se utiliza en los mass media para aumentar la audiencia y hacernos creer que informan de manera neutral sobre lo que está ocurriendo en todo el mundo. Y genera una respuesta emocional  tan fuerte que para bajar la intensidad comienza a haber una explosión de pequeñas dosis de solidaridad. Pero, esta solidaridad sólo se dirige hacia el resultado de la situación, no hacia el cambio de la misma. Diversos estudios de Psicología Social demuestran que la solidaridad es mayor cuanto más cerca estemos unos de otros, y eso es por la cohesión grupal que se produce al sentirnos dentro de la comunidad, por ejemplo, si algo ocurre en nuestro edificio es más probable que ayudemos. Personalmente, creo que esto se debe a que no tenemos conciencia de grupo humano, porque nos dividimos en países, culturas, razas, etnias, y olvidamos que hay una cosa que nos une: los derechos humanos. Porque ayudar a todo el mundo ocupa mucho tiempo. Siguiendo con el tema, todo este bombardeo de imágenes está haciendo que olvidemos las causas por las que todo empezó, olvidamos que aunque acojamos a las familias Sirias, hay otras que mueren en el intento, otras que mueren antes de intentarlo... porque el ombligo humano de cada uno nos impide ver, porque eso implicaría algo más, como el darnos cuenta que en Siria hay una guerra civil muy cruel, pero según UNICEF 19.000 niños mueren de hambre al día (y nosotros nos escandalizarmos por uno) ¿Sabéis que en la tierra hay suficientes recursos para que todos podamos vivir bien? Eso implicaría que algunos no vivieran extremadamente bien. 
¡QUE TIENE HUEVOS! Las elecciones están a menos de dos meses, los gobiernos europeos POR FIN deciden escalaziarse, y el nuestro permite llegar a refugiados Sirios y tiene una valla en Melilla que impide pasar a cientos de emigrantes y que mueren en el intento.
Dejemos de mirar nuestro ombligo y creer que con unas pequeñas donaciones se termina todo. Nuestra indignación debe unirse para un cambio global, antes de volver a ver a la siguiente víctima del porno-drama, que con nuestras redes sociales y la opción de compartir no ayudamos, sólo eliminamos nuestra culpa.