jueves, 5 de enero de 2017

Recuerdos

No hace daño el que puede, si no el que quiere. Consuelo de tristezas cuando alguien te machaca el corazón. Lo repetímos y repetimos para creernoslo, cuando en realidad deberíamos repetir: esa persona no me importa. Porque sí, esa frase significa que esa persona te importa lo suficiente para que te duela lo que dijo o hizo. Y es que no nos preparan para perder, solo podemos ganar. ¿Donde se fue abuelito? Al cielo ¿donde está mi pececito? En el mar con su familia. Y cuando creces, descubres que los Reyes magos no existen y que las personas se van. Duele perder, duele echar de menos, duele no volver a ver a alguien. Pero sabes que sigue ahí en tu recuerdo. Otra cosa diferente es cuando pierdes algo que sigue ahí, en tu vida, pero que sabes que jamás las cosas volverán a ser igual, que la tienes pero no lo puedes tocar, y los recuerdos en vez de aliviar, rompen más porque ya no está ahí.
En ese momento, el único alivio es aprender y mantener el recuerdo de las que sí están, con la esperanza de que algún dìa el destino quiera que os volváis a juntar, porque al final el pasado no se puede cambiar.